Páginas

lunes, 17 de febrero de 2014

Sombra

Pasa los días sumisa, sujeta a la idea de ser invisible, matando los deseos de ser notada y enterrándolos junto a su coraje y su esperanza. Desapercibida, convencida de que nadie sabe quien es, donde está o que lugar ocupa. Consciente de que solo es algo que consume aire.

Un pelele que gasta el preciado veneno que es el oxígeno. Un parásito de la sociedad. Se desliza entre ellos, sintiéndose asfixiada por el gentío, queriendo desvanecerse de una vez por todas. Dejar de ocupar espacio, un hueco que alguien más importante podría usar. Alguien a quien todos viesen, alguien que fuera notado. Quizás ese alguien pudiese ayudarla a salir de allí, o solo la hundiría más en el olvido.

No, no en el olvido, porque no puedes olvidar algo que nunca has visto. Quizás la llevaría con el resto del rebaño, de nuevo ocupando espacio, de nuevo gastando tiempo. ¿Y para qué?

¿Para qué alimentar sus esperanzas con tanta crueldad? Si al final ella es solo un fantasma, alguien que nadie nunca notará. Y siente miedo de él, miedo de sus intentos. Miedo de que consiga hacerla cambiar. Terror a que alguien más la vea.

Siente temor. Temor a encajar en esta pútrida sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscar este blog