Ey,
tú.
La de dentro.
Te fuiste, te encerraste al otro lado del espejo y me
dejaste sola ante el mundo. Me devoran estos impávidos carroñeros
mientras miras impasible desde tu cristal, segura dentro de tu propia
dimensión llena de engaños.
Vuelve, seamos una otra vez. Me están
matando en silencio, sin herir mi piel. Simplemente ven y enseñame como
era todo antes, cuando era yo misma.
Enseñame a vivir sin sentirme vacía
en el interior. Seamos una frente al mundo, matemos a aquellos que
mataron a nuestra imperfecta versión. O llévame al otro lado contigo. El
mundo de mentiras me resulta ya familiar.
Un par de reflejos más no
harán tanto daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario