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miércoles, 18 de diciembre de 2013

La Puta

Ya está muerta la Puta, dicen por las calles. Se suicidó tras el desplante de su último cliente. El dinero ya no le servía para curar sus males. Se murió la Puta, tras vender sus ideales.

La vistieron de seda para que pareciera que seguía viva, movieron su boca y sus manos, siguieron vendiéndola al mejor postor. Ni muerta pudo dejar de venderse. Un trozo para el señor, otro para el capitán, el más grande para la familia real, que no dudan en compartirla.

Violada incluso tras morir, la venda nadie se la ha quitado de los ojos aún, pero la amordazan, la desnudan cada vez más. La dejan sola ante los gusanos, que se ensañan con su cuerpo. Su alma voló muy lejos.

Y cuando consiguieron sacarla, la llevaron al cementerio. En medio del sepelio, se murmuró su nombre, esculpido en la lápida.

Justicia.

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