Mis
alas de papel vacias están, esperando a que ella las quiera tintar. Calló la
lira y la rosa empieza a marchitar,la princesa no despierta y la muerte empieza
a llegar. Mancha la tinta y no define, nada en claro pinta ya, fallece la rosa
y no renace, el fénix hace tiempo que escapó ya. Amada ramera, que llegas y
abandonas, dejando el placer a medias, para complacer a aquellos que te
fuerzan, y nos abandonas. Dejando a la rosa enterrada, el fénix desvanecido y
la lira a punto de morir. Hace tiempo que murió el canto de la princesa y el
ruiseñor silencio guarda. Todos esperan, moribundos, a que vuelva la amada
ramera, que siempre escapa.
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