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miércoles, 20 de agosto de 2014

Formas de asesinar el alma

Chirrió una puerta, resonaron pasos. En volutas, el polvo se fue levantando.
Huellas perdidas en cada rincón de su cabeza, litros de alcohol quemados con tristezas.

Y en el fondo ella. La de los ojos oscuros.

La que lo mató con un Hasta luego.

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