Otro amanecer perdido entre las sábanas de una cama; tardes con sabor a café rancio y besos de despedida. Otra ciudad, otra carretera extraviada donde se reúnen los huérfanos de la vida.
Días que se escurren entre los dedos, en pedazos de atardecer olvidados, noches de luna solitaria y estrellas perezosas.
Y vago por tierras sin nombre, buscando un hogar donde respirar un poco. Harto de parajes inventados y chicas de curvas retorcidas, cansado de sacrificios y motos viejas.
Buscando alguien con quien ir a despertar estrellas
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